lunes, 10 de marzo de 2008

Reflexiones de un proyecto de líder

Hoy he estado en un curso/seminario/taller sobre liderazgo. Lo primero que te cuenta el consultor es que a ser líder no se puede enseñar (que piensas "entonces a tí para qué te pagan? Vámonos a tomar unas cañas, tranquilo que no se lo decimos a nadie"). Pero bueno, entiendes el mensaje: no hay una forma de ser líder que se pueda enseñar, a ser un buen líder se aprende (cagándola), hay que tomar referencias de los jefes o líderes que has tenido para quedarte con los buenos y malos ejemplos (los malos, para no hacerlo igual, obviamente...).

El caso es que durante el día han salido varias reflexiones, algunas de ellas obvias a priori, pero que me han hecho pensar. Són reflexiones que valen para el trabajo y para la vida, porque al fin y al cabo, como también hemos dicho hoy, "no se puede separar la vida del trabajo porque mientras trabajas estás vivo, aunque haya casos en que no lo parezca..."

Yo las pongo aquí y las comento por encima, luego cada uno que saque sus conclusiones:

  • Lo único que cuenta són las percepciones, es decir, que da igual que tengas razón en lo que cuentas, da igual lo que quieres transmitir, lo único que vale es qué piensa de lo que acabas de explicar o hacer la persona que tienes enfrente. Esto parece obvio pero no lo es tanto, si así fuera nunca acabaríamos una explicación importante sin decir "a ver, cuéntame que has entendido?"
  • La potestad se otorga, la autoridad se gana. Es decir, que un jefe es "el jefe" porque alguien que manda más que todos le ha puesto allí (le ha dado la potestad), pero al final sólo va a tener autoridad cuando su equipo se la otorgue... Y no se la dará hasta que se la gane.
  • NUNCA hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión, y como dice el anuncio, la primera impresión... es la que cuenta. Esto tiene mucho que ver con cuando uno empieza como jefe delante de un grupo que no conoce. No es lo mismo presentarse como el salvador que trae la luz a vuestro mundo de tinieblas (como si ese equipo no supiera trabajar y fuese a aprender gracias a tí), que empezar diciendo: "a ver, contadme, cómo estáis trabajando? Quién se encarga de qué? Tengo que aprender cómo va todo esto, necesitaré vuestra colaboración". Y una vez que te haces con el tinglado, propones, que no "impones", los cambios que consideres, dejando claro que al final la responsabilidad de que todo funcione de la mejor forma es tuya, por tanto tuya es la decisión final, aunque para tomar esta decisión prefieras comentarlo con el equipo que es quien más conoce el nuevo entorno (vaya rollo acabo de pegar con esta reflexión, y parece simple...)
  • No es lo mismo oir que escuchar. Simple, llana y dura, porque hay muuuuucha gente que no sabe escuchar. Porque para saber escuchar hay que saber callar...

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se como después de un día tan largo tienes ánimo todavía para escribir tan profundamente....
Eres un crac. Besitos.