
Muchos años después, la festividad de Sant Jordi está muy extendida en muchísimos territorios, pues es patrón de comunidades y países varios (entre ellos Aragón, Inglaterra y por supuesto, Catalunya). En Catalunya especialmente, se vive este día de una forma muy activa, y un paseo por las ramblas de cualquier ciudad es uno de los momentos más especiales del año. Tenderetes de libros por todas partes y rosas, miles de rosas… Estudiantes de esto y aquello que las venden para pagar su viaje de fin de curso… ah, que tiempos! A quién no le ha tocado?
Ah, respecto al libro, que me olvidaba… El día internacional del libro empezó en Catalunya por motivos ajenos a la voluntad de Sant Jordi… Vamos, que Sant Jordi ahí no tuvo nada que ver: la Cambra del Llibre propuso en principio el 7 de Octubre, conmemorando así el nacimiento de Cervantes. Durante 4 años, del 1926 al 1930, se celbró en esta fecha, para posteriormente ser instaurada por la misma entitad en el actual 23 de Abril, que coincide con los nacimientos y/o defunciones de escritores de relumbrón como el mismo Cervantes, Josep Pla, William Shakespeare o Gracilaso de la Vega, por citar a los más conocidos. Así, con el tiempo, se estableció una fusión de tradiciones muy hermosa que perdura hasta nuestros días.
Nada, que os animo a salir a las calles (los que no estéis enclaustrados, como aquí, el menda) a comprar una rosa o un libro, o las dos cosas, y los regaléis a la persona que más os apetezca...

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